Los menhires de Valdeolea es una senda de 13 kilómetros, donde tenemos oportunidad de visitar ocho ejemplares únicos de megalitos, originarios del Neolítico.
Un menhir, es una mole de piedra alargada, colocada verticalmente y enterrada en el suelo. La palabra proviene del bretón, suma de las palabras men (piedra) y hir (larga). Su función no está clara, se habla de cultos al sol, construcciones funerarias o de localizaciones que marcaban puntos de cierto poder.
En esta entrada, visitaremos dos de los ocho megalitos. Aunque las notas de inicio de ruta, os servirá igualmente, si os animáis con la ruta completa.
Arrancamos ...
La excursión como hemos anotado, comienza en Mataporquera. Aparcaremos el vehículo junto a su iglesia, la de Santa Eulalia. En este punto, podemos echar un ojo al panel informativo de la ruta PRS61 y seguir la senda en paralelo al cementerio.
Nuevo cruce de caminos. Tomamos el ramal derecho en esta ocasión
Aquí la primera parada. Lo normal es que nos desviemos hasta El Cañon, que esta muy cerca de este punto, para regresar y continuar por la senda de El Peñuco.
El Cañon o Piedrahita
Altura total: 3,68
Altura visible: 2,55
Anchura: 1,10
Piedra: Arenisca del Triásico
El Peñuco
Altura total: 4,00
Altura visible: 2,75
Anchura: 1,05
Piedra: Arenisca del Triásico
Y aquí finaliza mi ruta. No solo hemos disfrutado de estos vigilantes de piedra, sino de la belleza y paisaje del valle donde están enclavados.
Entre ida y vuelta hasta este punto, unos 6 kilómetros (ver track detallado de la ruta). En caso de quedaros con ganas, solo hay que seguir el siguiente hito, El Cabezudo.
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